La tela de araña

 

Desde que estuvimos con Caleya la semana pasada,

algunos estamos atrapados en una tela de araña.

Y no podemos olvidar las imágenes que hemos visto en Abandonalia.

Decía mi padre que para conjurar el miedo

no hay nada mejor que dirigirse derecho hacia los fantasmas.

Por eso hoy, tras investigar en la red,

nos dirigimos a las ruinas de una mina asturiana abandonada

de la que se extrajo cinabrio para fabricar arsénico y mercurio. 

A las diez en punto, rodeados de espesa niebla

y montados en modernas máquinas de fabricación industrial

salimos hacia nuestro destino.

Para evitar la niebla alcanzamos rápidamente

las crestas más altas de las colinas.

Oviedo, todavía desperezándose, va tomando forma.

Pasamos el mirador de La Grandota.

En el que vive gente interesante:

Ya divisamos el valle del Nalón.

Al fondo la fábrica de cemento.

En esta fábrica en pleno rendimiento se trabaja

y se producen cemento, salarios, beneficios, contaminación,

y seguro que más cosas.

Pero creemos que no hay magia.

Nosotros buscamos la magia de los misterios escondidos….

Y buscándola nos encontramos el primer misterio.

Un puente con muchos ojos. Pero ninguno se refleja en el río.

Hemos llegado a nuestro destino. El Castillete de la mina.

Depósitos de madera, posiblemente destinados a la obtención del arsénico

a partir del hollín procedente de la calcinación del cinabrio.

trituradora?¿

No ha resistido el paso del tiempo.

Las últimas muestras del mineral en las tolvas.

En el interior, el tiempo ha quedado atrapado.

Segundo misterio: ¿Dónde se fueron de vacaciones que no han vuelto?.

El tercer misterio, que me intriga especialmente: ¿qué vino a hacer aquí el enano copulador?

Siéntese y espere aquí un momento, el director está ocupado. ¿Dónde está el director?

No hay pedidos, no hay producción, no hay ganancias, no hay dinero.

Los dueños se fueron. Los mineros también se han ido.

Quinto misterio ¿Acaso valen mas las acciones que el trabajo de las personas?

Sin el trabajo de los obreros las acciones son solo papel .

Pero ahora miremos hacia adelante.

De esta subida se hablará en futuras vueltas ciclistas a España.

Espectacular día. La vista es espléndida desde aquí.

Giramos de nuevo hacia el valle de Aller.

Al fondo la ladera por la que pasa la ruta de la Carisa.

Uno de los protagonistas: Benja.

Alejando disfrutando.

Una vista de la ladera que acabamos de atravesar.

La misma ladera vista desde La Carisa.

Me acabo de despedir de Benja y JandroGS

que se van por la carretera que sale a Santibáñez de Murias.

Yo continuo con idea de tomar

un desvío lateral de La Carisa que va a Puente de los Fierros.

Bucólicas vistas en la subida a La Carisa.

Parada en el mirador del alto.

Desde aquí se divisa el valle por el que asciende el puerto de Pajares.

 

Bajando hacia Puente los Fierros. Primeros pasos por la pista.

Mas adelante la pista se convertirá en un inclinado pedregal,

sin concesiones en algunos tramos, que puede ponernos en dificultades.

Tras repostar en Pola de Lena me dirijo al Pozo Figaredo en Turón

para tomar la carretera a San Justo

y enlazar con la pista que enlaza del cordal de Urbiés con Polio.

Subida a San Justo. Parecía un día de verano.

Laderas del Polio en la bajada hacia Mieres.

Enlazo con la carretera a través de antiguos túneles de trenes mineros.

Como se ve que no había tenido bastante, la vuelta hacia Oviedo la hago por el Padrún

para encontrar una pista que me ha llamado la atención otras veces,

y por la que nunca me atreví a entrar solo por la pendiente que se anunciaba desde el principio.

Es una pista inclinadísima, con multitud de regodones,

canales de desagüe en medio de la pista en los que cabe media moto

La pista conduce a una crestería infernal

que une varios picos entre Mieres, Olloniego y Tudela Veguín. 

Pedruscos cortantes, charcos como piscinas y paredes verticales,

mas aptas para motos de enduro y quads, que para nuestras traileras.

Pero como trato bien a la DR, ella se porta bien conmigo

y me lleva a todos los sitios sin rechistar.

La penúltima sorpresa del día.

Alcanzo un picacho que es el más alto del concejo de Oviedo.

El día no tiene fin. Las rutas parece que no se terminan nunca.

No me canso de andar por estos caminos.

Sigo, sigo, sigo y llego a ….

Los Monegros. No me lo puedo creer. El sueño de los moteros.

Ya estoy aquí y sin enterarme. Esto sí que es trail.

Pero coño, tengo que volver a Oviedo.

Joder, sí que me he enredao bien en la tela de araña:

hoy voy a llegar tarde a casa.

Saludos