Mientras algunos honorables miembros
de la Comunidad trail de Moterosastures
se ponían melancólicos viendo
la monotonía de la lluvia tras los cristales,
otros decidimos ir a ver
si las predicciones meteorológicas se cumplían
y realmente el cielo
"se desplomaba sobre nuestras cabezas”.
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A las diez y media del domingo,
dos moteros, Xosenel y Rodrigo,
se encuentran en la gasolinera de Leroi merlin.
¿Pero qué hacemos aquí, si está nevando en la autopista?
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Un poco acobardados por las vistas nevadas
de los alrededores
declinamos abordar cualquier exploración
de la cordillera porque,
siguendo las recomendaciones de la DGT,
no llevamos cadenas.
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Dice Xosenel:
Rodaremos por los alrededores de Oviedo
que hay muchas pistas de grava sin especiales complicaciones.
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Allá vamos pues, dice Rodrigo para no parecer menos.
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Para el que no lo sepa,
Xosenel es un viejo amigo de este foro,
que cuando vio que los traileros nos poníamos divinos
sobre si las excursiones que hacíamos rayaban el enduro,
con una sola salida nos demostró
que lo nuestro era el trail ligero.
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En aquella ocasión,
aunque Sellamar y yo
íbamos avisados
sobre su pretensión de tirarnos a algún río,
no pudimos evitar ver de cerca
algunas piedras del fondo
de los arroyos o mares por los que pasamos.
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Pero hoy es distinto,
solo vamos dos moteros
y vamos a ir por sitios fáciles,
algunos charcos y poco más.
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Tras las primeras pistas fáciles de grava,
Xosenel me da la primera sorpresa:
Voy a meterme por un camino que enlaza con esta que llevamos.
Tú me coges un poco más adelante,
que, no llevando tacos, lo vas a tener peor para pasar.
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Y yo, que andaba mirando a ver por donde estaba el camino,
le veo arremeter y penetrar un infranqueable muro verde.
- Joder, si ahí no hay camino.
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No hay foto porque no pudo haber foto.
Fue … ¡una sorpresa!.
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Con total tranquilidad Xosenel me dice
que hay que hacerlo de vez en cuando
para que los caminos no desaparezcan comidos por la vegetación.
Joder con Xosenel.
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Las pistas de grava que hay entre Pruvia y Llanera son interminables.
Enlazamos unas y otras sin dificultad.
Predomina la grava, pero también hay tramos de barro, grandes charcos,
y tramos verdes de caminos poco transitados
en los que la moto se me va para todos los lados sin control.
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Pero no me importa,
si contribuyo a que los caminos tradicionales no desaparezcan
comidos por la vegetación, como dice Xosenel.
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Pasada la grava,
los charcos,
la hierba
y el barro,
encontramos el paraíso de los moteros del trail.
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Una antigua cantera abandonada.
Un Aras rural gratuito y cercano.
Grandes extensiones de barro, con ondulaciones,
saltos, taludes, y curvas en desnivel.
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Ideal “pa matase” sin control.
Gratis, todo incluido.
Unas pasaditas suaves y la foto.
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Pero aún hay más.
De la cantera salen seis o siete tramos de pistas
con un palmo de profundidad de grava suelta.
Ideales pa rematase si no lo has hecho antes.
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Xosenel me hace una demostración
de cómo subir una de esas pendientes de grava.
Para subir hay que coger carrera en sentido contrario
y girar 360 grados a toda hostia en un talud semicircular
que parece un circo romano.
Todo ello, sin caerse, para meter segunda
y tener suficiente inercia para remontar la pendiente.
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Xosenel corona sin dificultad. Dice que es la pendiente mas fácil.
-OK, le digo,
yo lo dejaré para otra ocasión,
que hoy no tengo inspiración.
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Remontamos pistas hasta un área recreativa,
en la que solo encontramos a un tipo paseando huskys.
El gran éxito de esta área para pasear huskys
creemos que se debe al famoso manto blanco o relente norteño,
tan incómodo en invierno para las personas,
pero tan agradable para los jodíos huskys.
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A estas alturas de la ruta, en la que casi no ha llovido,
porque nevaba de cojones, y por lo tanto no ves un pijo por la pantalla del casco,
me he dado cuenta que “Xosenel”, el nick de Jose Manuel (Jose) en el foro,
no es un nombre compuesto, sino su nombre incompleto.
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He llegado a la conclusión de que Xosenel
solo es la primera parte del nombre de Jose en asturiano.
Y que se completa en cada momento
con el paisaje que lo circunda cuando anda en moto:
Xosenelbarro,
Xosenelcharco,
Xosenlagrava,
Xosenlacuesta,
Xosenlanieve,
y así hasta donde se os ocurra que pueda pasar una moto.
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Como me espera en todos los cruces, y veo que lo hace siempre,
resulta imposible escabullirse
y así evitar los grandes peligros
por los que me mete por llamarse como se llama.
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¡Qué le vamos a hacer!Así que donde vaya él, yo voy.
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Solo el fondo de los valles se encuentra libre de la nieve.
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Aquí, sin tardar teneis la prueba de lo que os digo.Xosenel está esperándome. Ved cómo sonríe.
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- Y me dice que aquí había un camino.- Yo no veo camino.
- Que era un bosque de eucaliptos.
- No queda ni un eucalipto en pie.
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Y lo peor de todo. Me dice…:
- Este es el punto de no retorno.
Si pasamos de aquí, no podremos dar la vuelta
y habremos de seguir hacia delante esté como esté el camino.
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Yo estoy pensando que no hay camino,
que es un cortafuegos salvaje
y que nos vamos a despeñar.
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Y en ese momento,
debido al frío,
y a la postura un poco forzada en plena cuesta,
se me suelta la mano del freno delantero,
el trasero no me sujeta lo suficiente,
y empiezo a bajar dando cabezazos
al mismo ritmo que los botes de la moto
debido a las ramas de eucaliptos
que están atravesadas por doquier.
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Es la señal de asentimiento que espera Xosenel,
que arrea la moto Cebolledo abajo.
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El ruido de los motores ahogan mis gritos de auxilio.
No queda más remedio que dejarse llevar por la gravedad.
Afortunadamente la gravedad nos ayuda a pasar
estos tragos malos más rápidamente.
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Pero alguna vez nos juega una mala pasada.
A unos …
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Y a otros…
Obsérvese cómo la gravedad lateral,
los troncos de eucaliptos,
el barro y la lluvia
hacen de las suyas…
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Pero… ¡Ay, amigos!.
- ¡Qué pasa cuando a Xosenel se le juntan
