Lloviendo sobre la tierra del oro

 

Lloviendo sobre la tierra del oro


Tras quince días diluviando sin parar

decidí convocar una cita para “ir a ver llover”.


Cuando viajas en moto,

la lluvia puede convertirse en una jodienda:

  • te mojas,

  • la pantalla se empaña,

  • no ves nada,

  • no puedes correr,

  • no puedes tumbar,

  • no puedes frenar, …


Vamos, que muchos de mis amigos cuando ven llover …

  • guardan la moto

  • aprovechan para hablar con su mujer,

  • conocer a sus hijos,

  • encargar otros nuevos

  • y hacer muchas otras cosas que no me cuentan…

  • ¡¡¡incluso sin su mujer!!!

 


Para demostrar que el viajar es un verdadero placer,

casi, casi tan agradable como los otros

que practican mis amigos cuando llueve,

no se me ocurrió mejor idea

que citar a los moterosastures

para ir “a ver llover” …


¡¡¡¡en moto!!!!



Por un lado, creo que la cita fue un éxito,

ya que a las diez de la mañana,

cuando salí de mi casa,

ya estaba lloviendo sin parar.



En la Gruta, las vistas eran espléndidas,

Con lo que esperaba que mi propósito

culminara en un gran éxito.



Por un momento, me dieron ganas de hacer caso

a las indicaciones del alcalde


y girar 360 grados en dirección a las cálidas sábanas

de donde acababa de salir,

ya que la única persona que ví por la calle

era la chica del paraguas



¡¡Que ni tiene moto, ni es de moterosastures!!


Yo no sé, ni me importa

                   de quién es la culpa

                             de que los moteros astures

                                            no acudan  a las citas

                                                           los días que llueve.


Así que, alegre y decidido, en un día espléndido para ello

me encamino a ver cómo llueve en el Occidente de Asturias.


Pero parece que hoy todo me sale mal:

¡En el embalse de Calabazos no llueve!



¡Por aquí tampoco!

-


En Tebongo las nubes me alegran la ruta,

pero, a pesar de la niebla, sigue sin llover.

-


En Corias me amenazan con soltar los osos,

lo que puede hacer la ruta más excitante …

-

-


…pero sigue sin llover.


El bramido del río me indica que he llegado tarde

y que por aquí ha llovido torrencialmente.


Quizá fueran otras lluvias torrenciales las que,

hace años, echaron abajo el puente  de Corias



y por eso se reedificó en el MDLXXI



Joder, pues aunque hoy no llueva,

sí que debió llover en el MDLXXI.


Hoy no llueve y el Narcea no es el Rhin.


Pero me temo que estas nieblas y persistentes humedades,

le sientan bien a los viñedos colgantes de Cangas

que se asoman al Monasterio de Corias, el escorial asturiano.



Buscando tormentas y chubascos,

me encamino hacia la  …



De las montañas cantábricas

se extrajo la mayoría del oro

que lucían las matronas romanas en la capital del imperio.



Pero, aún hoy día,

las vacas de Trones siguen sin creerse todas esas historias del oro.



Y solo confían en el oro verde de las montañas del oro.

-


Llego a San Pedro, donde los pegoyos me parecen esculturas de alfarero,


y las casas me miran con cara de payaso.



En San Feliz vive una sola familia.


Aquí se acaba la carretera.


Por eso, me vuelvo hacia Besuyo,


pueblo en el que nació


Por allí recorro pistas

y bellos caminos en los que sigue sin caer gota.


Hasta llegar a Pumar de las Montañas.


En el que, otra vez, una sola familia

 

 

mantiene en pie lo que queda de él.




 



La pequeña capilla aún se mantiene,



pero la vieja escuela ya está desvencijada


A pesar de estar tan apartado,

este pueblo es el Km O


¿Del futuro?



¿O del pasado?

 

 

Estuve en muchos más sitios,

como la Casa de El Chino de Linares






El puerto del Palo está un poco más allá.

 

 

Que si el Palo p´aquí, que si el Palo p´allá,

el puerto del Palo es muy nombrado por los moteros:

  • “Que si subí el palo”.

  • “Que si hice el puerto del Palo y otros ochenta puertos el mismo día”.

  • “Que menudo palo que me ha dao el mecánico”.

  • “Que si no se me subió el palo”, etc, etc, etc.

 

 

Total, que como no llovía,

me puse a investigar sobre el origen del nombre del puerto.

Eso sí, atado con un cordel a la moto

para no perderme entre la niebla.

 

 

Como veis, esta no parece ser la razón del nombre,

porque entonces se llamaría De Palos.

 

 

Esta tampoco parece la razón,

ya que se hubiera llamado Puerto de El Palito

 

 

Tirando de la cuerda,

seguí investigando,

y justo debajo del cartel

 

 

encontré la que yo creí

que pudiera ser era la razón del nombre:

 

Pero Narciso Santos,

que no es motero porque no lo ha probado,

sino profesor de la Universidad de Oviedo,

me quita la idea diciendo que

la denominación Puerto del Palo

“tal vez derive directamente del término latino palus,

que significa lago o laguna (de aguas estancadas)”.



Y relaciona esa denominación

“con los dos estanques de agua de tiempos

romanos existentes en lo alto del puerto

y que serían utilizados como puntos de captación

y concentración del agua

con vistas al posterior aprovechamiento

de los recursos auríferos de la región.”


Aquí está el texto completo para los que quieran saber más.

La vía de Pola de Allande a Grandas de Salime

(vía romana del Puerto del Palo) de Narciso Santos Yanguas

 

 

Con estos argumentos de Narciso Santos,

espero convencer a las vacas de Trones

de que resulta posible saber

la cantidad de kilogramos de oro

que en estos yacimientos aprovecharon los romanos,

que “rondaría al menos los 3.000 Kgs”,

lo que supondría “unos 2 gramos de oro

por tonelada métrica de terreno mineralizable”

 

 

Impresionado por las toneladas de oro

que pueden estar todavía bajo mis pies

y siempre rodeado de niebla…


pasé por Montefurado, cuyo nombre 

también tiene que ver

con las labores de romanos


 

 

… y llegué a Berducedo sin ver llover en estos montes.



Vamos, que el día de hoy ha sido un rotundo fracaso:

Nadie ha acudido a mi cita,

y apenas he visto llover en las montañas del oro.


Así que espero que otros se hayan divertido más que yo.



¡¡¡Ah, que tampoco!!!

 

 

¡¡¡Ostias!!! ¿¿¿y de quién será la culpa???


 

 

Pues sí que estamos buenos.


A ver si, por lo menos, mañana llueve.

Saludos