Arrieros del siglo XXI. Cuarto día

 

Arrieros del siglo XXI. Cuarto día

4ª Etapa: El Tiemblo - Sotillo de las Palomas (Toledo).

Cuando por la mañana salimos del Hostal a orillas del embalse del Burguillo

los caballos de hierro están impacientes por iniciar la cabalgada.

Pasamos por El Tiemblo:

repostaje para todos,

taller mecánico para la moto de Fraile

y visita a la farmacia y al banco.

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Tres días circulando por trochas y veredas, sin ver un alma en muchos kilómetros,

sin bajarnos de la moto de la mañana a la noche,

nos ha hecho creer que el mundo empieza y acaba en la cañada.

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Pero la visita a El Tiemblo en un día laborable

nos devuelve a las realidades cotidianas:

los niños llenan las calles con sus gritos camino de la escuela,

los repartidores se apresuran para hacer sus recorridos,

los talleres rebosan de actividad,

los carritos de la compra llenan las aceras.

Nosotros aprovechamos para desayunar.

Efectivamente, en el Tiemblo hay otros mundos:

Como veis en el mundo hay mas cosas que las motos.

Se nota que vamos hacia el sur.

Las gestiones en el Tiemblo nos han retrasado

y cuando salimos el calor aprieta.

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Buscamos el inicio de la cañada

entre los estrechos caminos de carros

de las laderas aterrazadas

plantadas de viñas y olivos de las afueras de Cebreros.

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Los caminos pronto se convierten en senderos estrechos,

algunos sin salida, que nos obligan a dar la vuelta en varias ocasiones

y a realizar ejercicios de habilidad en algún tramo trialero.

Algunos piensan que los peajes,

que cada día los asturianos tenemos que pagar

si queremos acceder a la meseta por autopista,

son un invento de este siglo.

Pero cuando desembocamos en el valle del río Alberche,

nos encontramos con el viejo puente de Valsordo.

Allí descubrimos, tal como recuerda una inscripción en piedra en ambas orillas,

que el pontazgo que debían pagar los pastores que lo cruzaban,

es una institución muy antigua.

“Sepan todos los señores de ganados

que entre el Honrrado Concejo de la Mesta

e de los señores deán e cabildo de Ávila,

se dio asiento sobre el paso deste puente del Valsordo

e del rrediezmo de todo el obispado

que paguen de cada millar a cuarenta e tres maravedíes e medio

e lo demás o menos a su cuento,

la sentencia dello fallarán en el arca del concejo de Villacastín,

donde tienen sus escripturas con otras muchas condicciones.”

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“Sepan todos los señores de ganados

que entre el Honrrado Concejo de la Mesta

e el señor don Gómez Suárez de Figueroa, conde de Feria,

se dió asiento sobre el paso de Santa Yusta,

que es en su tierra

e han de pagar todos los ganados que pasaren adelante

a CCC e XL maravedís el millar,


e los que fueren a Badajoz a ocha el millar

e a cuento e descuento de cada partido,

la sentencia dello fallarán en el arca del concejo de Villacastín,

donde tienen sus escripturas con otras muchas condicciones.”

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El cobro del paso de Valsordo fue otorgado por los reyes desde el siglo XIV

a la nobleza como forma de pago por sus servicios.

Este puente era importante para el concejo de la Mesta y para la ciudad de Ávila,

puesto que era paso obligado de la cañada leonesa

y por allí pasaba también el camino entre Ávila y Toledo”

http://www.celtiberia.net/verlugar.asp?id=744

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El cobro de los pontazgos ha dado origen

a bellos ejemplos de arquitectura medieval,

puentes con esbeltos torreones que guardaban el paso

y en los que se cobraban las gabelas.

Como por ejemplo el Puente Viejo de Valmaseda en Vizcaya.

En este puente, uno de los puentes medievales más bellos que se pueden soñar,

se aprecia el torreón que servía para el cobro de los derechos aduaneros

a los comerciantes que llegaban de Castilla.

Resultado de imagen de puente de balmaseda

O el puente de Frías en Burgos, otro ejemplo, también lejos de la cañada leonesa oriental,

para curiosidad de los moteros ávidos de nuevas  rutas.

Resultado de imagen de puente de frias

Consternados tras la lectura de las inscripciones,

comprobamos que en nuestras faltriqueras

no llevábamos ni un maravedí.

Así que antes de que los nobles enfadados

nos enviaran un mandado con sus requerimientos,

arrancamos nuestras motos camino de Guisando,

que nos quedaba a poco mas de una legua.

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El camino a Guisando, señalado como sendero de pequeño recorrido,

se va cerrando entre grandes piedras de granito

y los cercados de pequeñas praderas de diente.

Nos encontramos con los toros de Guisando cuando el sol estaba en lo más alto.

En este lugar en 1468 Enrique IV, rey de Castilla,

proclamó heredera del trono a su hermana Isabel,

la futura Isabel la Católica,

en contra de los legítimos derechos de su hija Juana.

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Juana“la Beltraneja”

fue apodada así por los partidarios de Isabel,

acusándola de no ser hija legítima del rey,

sino de Beltrán, uno de sus cortesanos.

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Allí charlamos con viejos moteros, ahora convertidos en ciclistas,

que no se resignan a la vida sedentaria.

Buena vida y buen camino, amigos.

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Esta foto está dedicadas a JLA y a Euge,

que organizaron el viaje y se curraron los mapas

y, aunque finalmente no pudieron viajar con nosotros,

nos escoltaron en el viaje de vuelta del último día.

Los pastores nos informan sobre el trazado de la cañada.

El tramo siguiente es uno de los más bellos que recuerdo de la cañada.

Una suave ladera, con fincas cerradas a la izquierda y la derecha,

con un trazado de la cañada limpio y abierto,

con la sierra de Gredos como telón de fondo.

El recorrido se adentra en encinares y se vuelve más accidentado.

La rueda delantera de Fraile está sin aire.

No parece importante. Lo resolvemos reinflando la rueda.

Afortunadamente entre el equipo de reparaciones llevamos embudo y abanico.

Pero poco más adelante vuelve a perder aire.

Esto va en serio, hay que repararlo.

Buscamos una sombra.

Los viejos arrieros, un paso detrás de otro, avanzan por nuestro camino.

Parece que tenemos mala suerte.

Con la rueda reparada, ahora la moto de Fran,

cuya batería ya había dado muestras de agotamiento, no arranca.

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En las horas de más calor, hacemos numerosos intentos para arrancarla a empujón.

Ni el empujón, ni la cuesta bastan para arrancarla. Ventajas de la BMW.

La BMW solo echa a andar cuando un Lada

que casualmente pasaba por allí nos conecta sus cables.

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Tendremos que tener cuidado para que no se pare de nuevo.

No podemos arriesgarnos a que la moto

se cale de nuevo lejos de un camino transitado.

Así que acordamos pasar la moto empujando entre todos en los pasos malos.

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Pero las dificultades del trazado aumentan.

Las grandes rocas graníticas forman senderos

por los que solo puede pasar una persona a pie.

E impiden el paso de las motos más anchas.

Aquí hubo que dar la vuelta a la GS 800,

que, a pesar de los intentos de Santi se negó a pasar.

Los senderos casi cerrados entre enormes moles de granito

se suceden sin interrupción

y no podemos evitar que la BMW de Fran se cale de nuevo.

Sabemos que no arranca a empujón y ni siquiera hay espacio para intentarlo.

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Xosenel, que a estas alturas ha recorrido dos veces la cañada,

entre idas y venidas a explorar vías accesibles,

se adelanta al pueblo más cercano

a buscar unos cables con los que conectar dos baterías.

Tras desatornillar media BMW para despejar el acceso a la batería,

arrancamos de nuevo.

El camino se abre.

Entramos en Sotillo de las Palomas en una tarde cálida de primavera

por una calle que no podía tener otro nombre.

Santi hace las gestiones para buscar alojamiento.

Fran recorre unos cuentos kilómetros para intentar comprar unos cables

y recargar la batería.

Hay que circular en una marcha menos para que el motor vaya más revolucionado.

Otros encargamos la cena.

Dormimos en una casa rural, que ha sido alojamiento de príncipes saudíes.

Un apartamento bien montado digno de caballeros de nuestra alcurnia.

Recordad que alguien dijo que el valor de un hombre

se mide por el tiempo libre de que dispone.

Si así fuera, durante este viaje, más que caballeros,

fuimos los reyes de la cañada.

Como Enrique IV e Isabel de Castilla.

¡¡¡Pobre Juana “la Beltraneja”!!!

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Desde aquí adivinamos, a la luz de la luna,

la continuación de la cañada.

El día ha sido duro,

pero os aseguro que los reyes, recogidos en sus aposentos,

están impacientes por continuar.

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Si tu también estás impaciente por saber qué pasará el quinto día…

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Cañada Leonesa Oriental. Quinto día