Arrieros del siglo XXI. Quinto día

 

Arrieros del siglo XXI. Quinto día

5ª Etapa: Sotillo de las Palomas- Logrosán (Cáceres).

Desde la casa rural en que nos alojamos

se divisa perfectamente el paisaje de encinares de esta comarca al sur de Gredos.

Nos despedimos de nuestro anfitrión, que nos ha invitado a desayunar,

y cargamos los equipajes en las acémilas.

A lo largo del día de hoy, Santi tendrá que abandonarnos para volver a Madrid.

El trabajo lo reclama, pero de momento continua con nosotros.

Recorremos las primeras pistas de la mañana,

con Gredos como telón de fondo.

No solo vimos arena en Segovia y Valladolid.

Cuidadín, cuidadín, que parece que nos mira mal.

Avanzamos por tramos llanos,

que son los mas elevados del entorno según nos indica el vértice geodésico

Cruzamos vías de ferrocarril.

Nos acercamos a la gasolinera para repostar.

En la gasolinera encontramos útiles instrumentos para luchar contra la crisis.

En tiempos de crisis también el reciclaje parece una buena idea.

Fran nos enseña como guardar una bolsa de plástico de forma que no ocupe espacio.

Seguimos el camino gracias a los mojones que marcan la cañada:

RN  VP (Red Nacional de Vías Pecuarias)

Las vías pecuarias tienen un origen remoto.

Se sabe que desde la Prehistoria los ganaderos las utilizaron

en sus migraciones anuales desde sus pastos de verano o agostaderos,

en las montañas del norte y centro de la Península,

a sus pastos de invierno o invernaderos,

en los cálidos valles, dehesas y tierras bajas del suroeste del país.

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En España se han llegado a catalogar mas de 125.000 kilómetros de vías pecuarias,

que ocupaban unas 421.000 hectáreas de superficie,

casi el 1% de todo el territorio nacional,

muchas de las cuales se han perdido por usurpación privada.

Llegamos a Puente del Arzobispo. Ya veis el porqué del nombre.

Hacemos una pequeña parada para refrescarnos.

Y cuando llega el momento de salir de nuevo,

la BMW X- Country de Fran no arranca.

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Xosenel, que no solo es el explorador oficial de la expedición,

sino que también ejerce de mecánico, hace las reparaciones.

La causa de la avería es el contacto de la pata de cabra.

Pero la moto es tozuda

y cuando intentamos salir de nuevo se muestra renuente.

No arranca.

El cabreo de Fran es ostensible, menos mal que se le pasa pronto.

Se  monta de nuevo el taller

y Xosenel soluciona con grandeza el problema del contacto de la pata de cabra.

Después de mucho pelear,

lo arregla al estilo de Alejandro Magno: cortando por lo sano.

Cruzamos el río Tajo.

La ruta se convierte en un recorrido por trochas y veredas de secano.

Estos caminos polvorientos entre extensas fincas cerradas

no siempre tienen continuidad.

A veces el paso es imposible

y hemos de volver por nuestros pasos, buscando una alternativa.

Otras veces el camino, bien señalizado como vía rural por la Junta,

está flanqueado por jardines naturales de blancas flores .

Son las jaras, uno de los arbustos mediterráneos españoles más característicos.

En Alía (Cáceres), Santi se despide de nosotros durante la comida.

Tiene que volver a Madrid.

Por la tarde, con un calor que, al sur del Tajo,

se ha convertido en sofocante,

abordamos unos tramos por dehesas alejadas de la civilización.

Al fondo una venta abandonada.

El señor zorro, el altivo venado,  doña liebre,

la señora aguila, y el coro de las cigüeñas amenizaron nuestro recorrido con su compañía.

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Abrir y cerrar portillas,

buscar la salida en cercados interminables

y caminar por fincas roturadas

que ocupan la cañada se conviertió en el quehacer de esa tarde.

El sol se va y no vemos la salida en estas bellas dehesas

en las que las cercas y vallados nos tienen encerrados.

Por ello, tenemos a bien recordar a voces

la Carta Real dada por Alfonso X en 1273.

“Y mandò que el Entregador, ò los Entregadores

que abran las cañadas y las veredas,

y prendan por las caloñas sobre dichas;

y à quien fallaren que las labraren, ò las cerraren, labrando en ellas:

y la medida de quanto han de haver,

es á saber seis sogas de marco de cada cuarenta y cinco palmos la soga.

Esto se entienda de la Cañada por donde fuere la quadrilla

por los lugares de las viñas y de los panes:

y mando, que assi lo midan los Entregadores, y assi lo fagan guardar”

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Esta figura del alcalde entregador de la Mesta

surgió en tiempos de Alfonso X el Sabio,

como un funcionario real cuyas obligaciones eran dos:

conservar el buen estado de las cañadas

y controlar y restringir los abusos de los agricultores.

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Los tramos finales de la cañada,

que creímos que podríamos recorrer en menos tiempo,

se nos están resistiendo por culpa de los cercados que invaden la cañada.

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¡¡¡Qué lejos están los alcaldes entregadores de la extremadura!!!

Afortunadamente tras la última cerca

siempre hay un camino que va a la carretera.

Polvorientos, felices, fatigados y contentos,

hoy damos por finalizado el recorrido por la cañada

Entregamos nuestros cuerpos al descanso en un hotel de carretera en Logrosán,

de la provincia de Cáceres, en Extremadura.

Tras el merecido descanso,

un nuevo día amanece …

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Cañada Leonesa Oriental. Sexto día