Arrieros del siglo XXI. Segundo día

 

Arrieros del siglo XXI. Segundo día

2ª día: Villamuriel (Palencia)- Juarros de Voltoya (Segovia).

-

Por la mañana, antes de que den las diez,

hora de apertura de uno de los talleres de motos

que conocemos en Palencia,

nos encaminamos Santi y yo

en busca de una cubierta para la rueda trasera de la GS 800.

Tras infructuosa búsqueda en Palencia y sus alrededores,

comprobamos que no es fácil encontrar un taller de motos

abierto en sábado,

en pleno puente del uno de mayo,

cuando se está corriendo el gran premio de Jerez.

-

Por ello,  Santi enfila por carretera hacia Valladolid,

esperando encontrar en esa gran ciudad la cubierta que necesita.

Quedamos en vernos a lo largo del día en Tudela de Duero,

pueblo por el que cruza la Cañada.

-

Para que la ruta nos coja con fuerzas,

desayunamos a base de unos bocatas de panceta

que con el tamaño de una barra de pan

nos prepara el encargado del hogar del jubilado de Villamuriel del Cerrato.

El encargado no solo se desvive por nuestra nutrición,

sino por buscarnos, mediante llamadas a sus amigos,

un taller de ruedas abierto,

ya sea en Palencia o en Valladolid.

Él también es motero. ¡¡Gracias amigo!!.

-

Entre unas cosas y otras,

nos ponemos en marcha a las doce del mediodía

y salimos del pueblo remontando unas cuestas en dirección sur.

Enseguida llegamos a una meseta sembrada de cereal

que acaba en unos taludes insalvables.

El GPS marca claramente la ruta a seguir,

por lo que hay que buscar una pista de bajada al valle.

-

Xosenel encuentra una pista

por la que desciende sin pensarlo y sin problemas.

Yo bajo sin pensarlo, pero con problemas.

Fraile y Fran, que se lo piensan, casi no bajan,

no sé si fue por los problemas.

Se juntan con nosotros poco después .

Entre barbechos y sembrados descendemos hacia la ribera del río.

Se nos cruza volando la primera codorniz del viaje. Vista y no vista.

Nos reunimos de nuevo con Santi en Tudela de Duero. Estrena rueda de tacos.

Un pincho y seguimos ruta.

En Cogeces de Iscar nos reagrupamos.

Ejem, esto, a estas alturas ya está claro,

más que una foto, es una metáfora del viaje:

Llegamos al castillo de Iscar.

Es una imponente fortaleza de impresionantes murallones,

estrechas saeteras y torre del homenaje,

que cuando aparcamos está cerrada a cal y canto a los visitantes.

Hacemos una pequeña visita al entorno de la fortaleza,

pues el calor es sofocante,

y cuando nos disponemos a marchar,

una menuda muchacha

con una pequeña llave, mas pequeña que la de la puerta de mi casa,

abre la puerta del castillo.

Se ve que los castillos del siglo XXI, aunque lo parezcan,

no son como los de la Edad Media.

Nos encontramos de nuevo con el Canal de Castilla.

Y también tenemos nuestras primeras experiencias

con las pistas de arena profunda.

Los extensos arenales entre pinares

cada vez más densos de Valladolid y Segovia

nos proporcionan oportunidades excepcionales para la conducción.

Pondremos en práctica los principios de la circulación por arena:

El primero.-

Si estás en la arena, hay que salir con suavidad,

con una marcha superior si es necesario, para no enterrarte;

El segundo.-

Cuando en marcha te metes en un arenal, debes dar gas para no caerte.

Llegamos a Coca, en la provincia de Segovia.

Fuente y lavadero a la entrada del pueblo.

Visitamos el entorno del castillo.

Recorrer las pistas de arena de Segovia,

rodeados de pinos resineros, en pleno aprovechamiento,

es una de las experiencias de conducción más estimulantes de la cañada,

por el entorno y por las dificultades

que añaden las rodadas en los profundos arenales.

Aunque, a veces, llevamos algunas sorpresas inesperadas.

Al atardecer la cañada nos acerca a la orilla del río.

Algunos rebaños pastan en sus riberas.

Cerca de Juarros de Voltoya, donde termina nuestro recorrido de hoy,

buscamos alojamiento.

Lo encontramos en Martinmuñoz de las Posadas,

en un hostal de carretera,

cuyo dueño disfruta mucho con la retórica

y poco con la ortografía.

 

Al final de la jornada, algunos empezamos a notar el cansancio

de los dos días intensivos monte a través.


Por hoy me despido de mis botas.

Me toca hacer colada.

Hasta mañana.

¿Quieres saber qué pasó al otro día?

.

-

-

Cañada Leonesa Oriental. Tercer día.