Arrieros del siglo XXI. Tercer día
3ª Etapa: Juarros de Voltoya – Embalse del Burgillo (Avila).
Hoy estamos contentos.
Llevamos dos días de ruta y las motos están respondiendo bien.
Y nosotros también. Aunque llegamos a la cama algo cansados,
todavía no tenemos síntomas importantes de fatiga.
Así que tenemos muchas ganas de jugar.
Hay muchos caminos.
Pero no todos van en la dirección adecuada.
Así que, cada mañana, jugamos a retomar la ruta con ayuda de los mapas.
Ubicar la ruta que traza la cañada,
respecto a los pueblos más cercanos o los posibles obstáculos,
es uno de los juegos a los que jugamos cada día.
A este juego podemos jugar
porque más de cuarenta mapas viajaron con nosotros.
Este trabajo no fue ningún juego,
sino una minuciosa tarea de recopilación y composición
realizada con ayuda del ordenador.
Hubo que capturar cientos de pantallas de ordenador
en las que figuraba la cañada y sus alrededores.
Debimos recortarlas una a una para eliminar bordes innecesarios.
Tuvimos que exportarlas en jpg a una aplicación que nos permitiera unir las imágenes
para obtener grandes mapas en tamaño A-0 y escala 1:20.000.
Todo ello sin perder las proporciones.
Un trabajo muy serio en el que empleamos muchísimas horas
y sin el que no se podría haber realizado la ruta con garantías.
A continuación fue necesario marcar con puntos el recorrido de la cañada en cada mapa.
Calibrar cada uno de los mapas con la ruta y exportar los datos al GPS.
Gracias a esa tarea pudimos prever los itinerarios a seguir,
planificar las etapas,
guiarnos en ruta con el GPS
y resolver las dudas en las encrucijadas consultando los mapas.
- Necesitamos ver el segundo de Segovia.
- No, que ese ya lo hemos terminado. Saca el tercero.
- ¿Cuántos nos faltan para terminar Extremadura?
- ¡¡¡Buff!!!. Muchos. Mejor no contarlos.
Estos mapas nos ayudaron a encontrar nuestra ruta
cuando la cañada desaparecía
bajo las roturaciones de la concentración parcelaria,
la repoblación forestal
o la urbanización desaforada.
Bonito juego.
Pero, ¡¡¡¡estad atentos, !!!!!
tenemos otros juegos que comienzan ya.
Pasen y vean.
En lo alto de unas colinas,
jugamos a recorrer un camino zigzagueante
y bien trazado por el que discurre nuestra ruta entre encinas y sembrados.
Se nos cruzan algunas liebres y varias parejas de perdices.
Xosenel, que ha reducido la velocidad al ver la pareja de perdices,
me las señala apeonando por el borde del sembrado.
Cuando arrancamos de nuevo,
las perdices emprenden su vuelo con ese fuerte aleteo que las caracteriza.
Recorremos en moto la cañada,
pero tenemos claro que en la cañada
tienen preferencia los animales
y los usos tradicionales.
Aflojamos el ritmo cuando nos cruzamos con peatones,
ganado, caballerías o animales salvajes.
En cada parada no es raro observar rapaces de diversas especies
que no siempre conseguimos identificar.
-
Santi sueña:
-¿Quién pudiera volar?
-
Santi, al que conocemos en los foros como Atila,
tuvo una moto en la que todos los números de la matrícula eran unos.
Por lo que nos cuenta, a Atila, el rey de los hunos,
también le seguían estos a todas partes.
-
La seguridad y confianza que me han proporcionado
dos días de conducción por todo tipo de terrenos
me anima a ganar velocidad.
- ¿Jugamos a las carreras.?
-
Seguir a Xosenel que va marcando la ruta siempre es estimulante.
Durante unos kilómetros disfruto aumentando la velocidad
y aprendiendo a entrar y salir en las curvas.
Bonito juego.
Cuando mejor me lo estoy pasando,
un exceso de confianza y ….
zas: talegazo.
Me voy al suelo.
He derrapado con la rueda delantera
en una curva sencilla que abordo a demasiada velocidad.
Estoy bien.
La caída, afortunadamente, no ha tenido consecuencias para mí,
que me levanto sin problemas.
Espero a los compañeros que me siguen.
Tenemos por norma no levantar la moto en solitario
y hacerlo entre varios compartiendo el esfuerzo.
-
Mientras tanto, aprovecho para planchar una cantimplora de aluminio
que instalé para el viaje.
Creo que así ocupará menos.
También , ¿por qué no?, aprovecharé para instalar nuevos plásticos en el lateral derecho.
Estoy seguro que darán un nuevo y mejorado aspecto a la DR 650.
Cuando los ponga parecerá que la estreno.
Llegamos a Villacastín en la provincia de Segovia,
un importante cruce de carreteras cercano a San Rafael.
Tras un ligero tentempié consistente en
una tortilla gigante,
varias bandejas de chistorra
alguna de chorizo
y una bandeja pequeña de queso de la tierra,
estamos en condiciones de continuar.
Vemos los primeros berrocales,
típicas formaciones geológicas resultado de la erosión del granito
que aflora por doquier.
En las inmediaciones es palpable su aprovechamiento,
ya que dejamos a nuestra derecha unas importantes canteras.
Las vías pecuarias están clasificadas en cuatro categorías según su anchura:
Cañadas: hasta 75 metros de anchura (90 varas castellanas).
Cordeles: hasta 37,5 metros de anchura.
Veredas: hasta 20 metros de anchura.
Coladas: cualquier vía pecuaria de menor anchura que las anteriores.
-
Aquí vemos cómo a la Cañada real Leonesa Oriental
la enmarcan los muros de piedra que cierran las fincas ganaderas.
El ancho de la cañada se percibe claramente.
En la subida a un collado aprovecharemos para hacer algunas fotos.
Los niños queremos jugar.
Un pequeño escalón será motivo para la diversión.
Si queremos saltar, aprovechando el escalón,
debemos dar un golpe de gas cuando la rueda delantera entre en el peralte,
con el fin de levantar la moto llevando la rueda delantera más alta que la trasera
para caer así de la forma adecuada.
Esta es la teoría.
Como veréis, intentaremos ponerla en práctica con mayor o menor fortuna.
Fran coge carrerilla.
Up!!!!!!!
Xosenel.
Sí señor.
Rodrigo
Fraile
Atila lo intenta con la 800GS.
Y, antes de que acabe el día, Santi vuela como los pájaros.
Lo intentamos de nuevo.
Este juego nos gusta.
El campeón de los saltos: Atila.
El centauro que jugó a volar como los pájaros.
Una subida trialera a un collado que nos dio algunos problemas.
Seguir la cañada en un entorno ganadero
hace que juguemos continuamente al juego de las puertas.
Abrimos y cerramos miles de cercas,
portillas,
alambradas,
cerramientos,
portones,
vallados,
cercados,
cierres realizados con toda clase de
cuerdas,
cordeles,
sogas
y alambres.
Fue un juego muy entretenido.
-
Recomendamos la lectura del libro:
“El arte de cerrar las fincas para uso de agricultores y ganaderos españoles”
de 10.500 páginas, con fotos e ilustraciones.
¡¡¡Vaya manera de hacer nudos!!!
Uno encima de otro, como si las ovejas y vacas
con sus pezuñas los pudieran desatar.
-
Varias veces nos acordamos de Alejandro Magno
y de cómo deshizo el nudo gordiano.
Pero resistimos la tentación.
-
-
En lo alto, nuevos horizontes nos esperan.
Bajamos una ladera en barbecho
y encontramos un todo terreno atascado en un barrizal.
Pasamos las motos por el lecho de fango del arroyo.
Llega la operación rescate.
¡¡¡¡Ay!!!!, si no fuera por los viejos Land Rover.
Cruzamos el río Voltoya por un viejo puente.
El ganado, negro azabache, nos observa.
Fraile vestido de rojo se pregunta:
- ¿Serán bravos?
- Estaría bien darles unos capotazos.
Sigamos adelante, antes de que a alguien se le ocurra ese juego.
Otra subida a un collado.
La cañada la remonta directamente.
Desde abajo las piedras parecían más pequeñas.
El camino se va complicando.
Pasamos algunos arroyos con algunas dificultades.
Nos encontramos cuestas de gran inclinación,
en las que difícilmente se percibe una senda.
La bajada se convierte en complicada para estas motos.
Si añadimos una subida trialera tras pasar otro arroyo casi seco
y el calor sofocante que hacía,
os explicareis la siguiente imagen.
- Solo es agua.
¡¡¡¡Mal pensaos.!!!!
En lo alto, encontramos más ganado pastando. ¿Serán bravos?
Aunque aquí el único bravo será un ganadero, que aprovecha la cañada
para cercar en ella su ganado con permiso del ayuntamiento,
y nos interpela de malas maneras por circular por ella en moto.
Aclaramos la situación
y nos informa de que la cañada tiene un tramo
con un fuerte desnivel prácticamente insalvable.
Por lo que tomamos una carretera comarcal para llegar a El Tiemblo.
Cerca de El Tiemblo se encuentra el embalse de El Burguillo.
En sus orillas Fraile conoce una antigua resinera
reconvertida en centro de turismo rural.
Un sitio precioso en la ribera del embalse, al que llegamos al atardecer.
Aprovechamos las horas de luz para quitar la sed,
desmontar equipajes
y recomponer las motos,
que tras tres días de recorrido campo a través, han sufrido un trato severo.
En un momento ocupamos la plaza.
Informe de daños:
En la DR 650 RSE:
Carenado derecho roto,
espejo izquierdo suelto,
defensa izquierda de motor rota,
soporte para el equipaje doblado,
manillar descentrado
En la 800 GS:
Intermitente delantero izquierdo roto
En la Dominator:
Freno trasero averiado
-
Aprovechamos para hacer reparaciones.
Acabado perfecto
Cenamos y a dormir.
Las motos de día, rugen. Por la noche, duermen.
De noche, los que rugen son los paisanos.
En plena noche…
Rodrigo, durmiendo:
- RRRRRR, zzzzzzz, RRRRRRR, zzzzzzzz,
ssssssss, RRRRRRRRR, ZZZZZZZZZ, SSSSSSSS, RRRRRRRRRR, ZZZZZZZZZZZZ,
ssssssssssss, RRRRRR, zzzzzzz, RRRRRRR, zzzzzzzz, ssssssss, RRRRRRRRR,
ZZZZZZZZZ, SSSSSSSS, RRRRRRRRRR, ZZZZZZZZZZZZ, ssssssssssss
Fran, que no pega ojo por los ronquidos:
- Este cabrón no deja de roncar
Xosenel, completamente despierto:
- Shis, Shisss, Shissss, Shissssssssssssssssssssss
Rodrigo, que sigue durmiendo:
- RRRRRR, zzzzzzz, RRRRRRR, zzzzzzzz,
ssssssss, RRRRRRRRR, ZZZZZZZZZ, SSSSSSSS, RRRRRRRRRR, ZZZZZZZZZZZZ,
ssssssssssss, RRRRRR, zzzzzzz, RRRRRRR, zzzzzzzz, ssssssss, RRRRRRRRR,
ZZZZZZZZZ, SSSSSSSS, RRRRRRRRRR, ZZZZZZZZZZZZ, ssssssssssss
Xosenel, harto de no poder dormir, da una palmada fuerte:
- Plas.
Fran grita:
- Bien.
Se hace el silencio.
Rodrigo, que hasta ese momento dormía como un tronco,
ajeno a las tribulaciones de sus amigos, piensa:
- Estos tíos están locos.
Uno me despierta con una palmada en plena noche,
y el otro le contesta en el acto: “bien”.
Los tendré que vigilar de cerca porque están sonámbulos.
Seguimos durmiendo.
ZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ
Para cuando despiertes
tenemos las aventuras del cuarto día.
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